¿Qué tal va el mes de junio? ¿Ya os habéis adentrado en las calores? Jajajajajaja
Primero de todo, decir que otra vez estoy metida de lleno en la novela "La víctima nº 21", ya que la tenía un poco abandonadita, pero esta semana me vino como un "flash" y escribí un poquito más.
Y conseguí corregir bastante de "Fieles Adicciones", pero como sabéis que me gusta ser un poquitín "mala", pues aquí os dejo solo un capítulo, la semana que viene otro jejejeje.
Espero que os guste.
Besos,
EmiRose.
Nota aclaratoria: Acordaros que es un borrador, que se volverá a revisar cuando se publique la novela completa.
ADVERTENCIA: En esta novela aparecen escenas sexuales explícitas H/H. El libro es SOLO para adultos. Puede vulnerar la sensibilidad de algunos lectores. Los que no estén dentro de estas normas, abstenerse de seguir leyendo. Gracias.
Todos los derechos reservados. All rights reserved.
Kyle tiene muchas adicciones, y alguna de ellas son los hombres. ¿Conseguirá tenerlas todas o se atragantará por el camino? Su vida y su pasado podrían impedírselo, pero tal vez tener una vida llena de ellas sea posible, sobretodo si son esas fieles adicciones quienes pueden curar su alma.
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CAPITULO 24. LA CULPABILIDAD
Desde la muerte de Nate hace dos
semanas no he vuelto a ver ni a Evan ni a Sam. No les puedo soportar. Sé que es
una cosa ilógica pero mi mente está muy confusa y debilitada. Su confesión y su
muerte, han supuesto un mazazo muy importante para mí. Tanto Evan como Sam han
intentado acercarse a mí, pero no les he dejado. Prohibí su entrada en el
centro y apenas he salido ya que estoy en restricción policial. Pat está
verdaderamente enfadada conmigo porque no he accedido a que me trasladen a otra
parte. No hasta que Ryan aparezca. Johnson no se ha vuelto a poner en contacto
conmigo, y cada vez tengo más miedo por el chico. Porque después de lo que
pasó, no sé si está bien. Anne está siendo un buen apoyo ya que se ha encargado
ella sola de algunas de mis clases. La policía incluso quiso cerrar el centro a
lo que nos negamos los dos. Esos chavales nos necesitan. Aunque creo que ahora
este refugio está más vigilado que Fort Knox, pero es bueno porque no quiero
que a ninguno de los chicos les pase nada.
Pat está investigando todo lo que me
explicó Nate. A lo mejor a través de ese bufete pueden averiguar algo que nos
lleve hasta Ryan, y se acabe todo esto de una buena vez.
Ahora que lo pienso, Nate dio su vida
por mí, pero yo no lo puedo perdonar todavía. El haberme engañado, bueno, el
haberme omitido la verdad, me ha dolido en el alma. Y creo que he llegado al
punto que me he quebrado todo yo. Ya no soy aquel chico alegre y divertido que
fantaseaba con sus fieles adicciones. En este momento, creo que esas adicciones
son dañinas. Y que las tengo que apartar. Es triste, pero es así. Ahora voy a
intentar que encuentren a Ryan lo antes posible, porque ahora es casi imposible
que pueda hacer yo solo algo por lo vigilado que estoy; y luego seguiré con mi
vida. Solo con mi hijo. Pero cuando pienso así, me pregunto, ¿y Evan? Porque
también es el padre de Ryan. Es tan complicado todo. A veces incluso me
arrepiento de estar en protección de testigos. Solo quiero ser una persona
normal, con una vida normal, levantarme, ir a trabajar, divertirme, tener una
pareja, a mi hijo. No pido nada del otro mundo. Solo eso. Pero cada vez que
intento ser feliz, algo falla. Y siento que también estoy fallando a los que
están a mi alrededor.
En estos momentos oigo las voces de
Evan y Sam desde mi habitación. Están en el pasillo hablando con Pat. Es dura.
Di instrucciones de no dejarles pasar y lo cumple a rajatabla, empezando porque
ella estaba en contra de ellos. Se están gritando y tampoco quiero eso, así que
suspiro profundamente y abro la puerta para enfrentarme a ellos.
Les miro fijamente antes de que se den
cuenta de que estoy allí. Evan tiene unas ojeras muy profundas. Está despeinado
y sus trajes impecables los ha cambiado por una ropa de esport que le queda
francamente bien. Y Sam está sacando su furia por los ojos. Creo que si le
dejo, se va a comer a Pat. Saco fuerzas para hablar.
— Chicos... chicos, estoy aquí.
Los dos me miran con sorpresa en su
cara antes de dirigirse hasta mí y aunque veo que tienen ganas de abrazarme se
aguantan.
— ¿Estás bien? —me pregunta Sam muy
enfadado.
— Estoy bien —le digo enfrentándole.
— ¿Sabes lo que hemos pasado? Claro no
lo sabes —Sam está empezando a levantar la voz— ¡Podrías haber hablado con
nosotros, joder!
— Quiero que os vayáis y no volváis
—les digo firmemente.
Los dos se me quedan mirando con caras
de enfado, de tristeza, de sentimientos que traspasan su rostro para golpear a
mi corazón fuertemente.
— Mira Kyle, sé que estás muy herido
por lo que ha pasado pero... —empieza a decir Evan.
— No quiero saber nada más de
vosotros. Desde que os conozco, mi vida ha sido un infierno —les digo
creyéndome mis propias palabras.
— ¡Tu vida ha sido un infierno desde
siempre! —Me grita Sam.
Evan le toca el brazo para
tranquilizarlo y parece que lo consigue pero yo sigo en mis trece y no les digo
nada más.
— Kyle, hemos cambiado toda nuestra
vida por ti. Hemos cambiado de trabajo, de ciudad, de todo, por tal de estar
contigo, en una relación que era muy difícil. No nos dejes fuera de tu vida —me
dice tranquilamente Evan.
— Yo nunca os pedí nada, ¡nada! Ahora
solo quiero estar solo y encontrar a Ryan —les digo sin mirarles.
— También es mi hijo, Kyle —me dice
Evan.
— No le conoces. Yo soy su padre, ¡yo!
—le digo gritándole la última palabra porque sé que le va a hacer daño.
— ¿Seguro que quieres esto? ¿Qué
desaparezcamos de tu vida? —me pregunta tocándome la mejilla.
Me aparto bruscamente y les miro con
odio. Quiero que vean que no les quiero, que no les necesito en mi vida. No
quiero verles más.
— Sí. Desapareced de mi vida —y
diciendo esto, me doy la vuelta para regresar a mi habitación.
Allí dentro, me siento en el suelo y
no puedo evitar que las lágrimas caigan. Me digo a mí mismo que he hecho lo
mejor para todos. Ellos estarán mejor sin mí, porque no correrán peligro. Yo
estaré mejor sin ellos porque mi corazón no correrá peligro. Pero, ¿por qué me
siento tan mal y deprimido? Y pienso en Ryan, en cómo estará, si estará
asustado. Así que tengo que reponerme, y luchar por encontrarle lo más pronto
posible. Me levanto y decido que lo mejor es llegar a la comisaría y saber qué
está sucediendo y qué están haciendo para encontrarle.
Pat se ha negado a decirme nada de cómo
va la investigación, así que a pesar de sus protestas, ha venido conmigo hasta
la comisaría. Después del reencuentro con Sam y Evan, es probable que me
encuentre con el primero por ser su lugar de trabajo pero me obligo a pensar
que me importa una mierda, tal vez así consiga que de verdad no me importe,
aunque no creo que lo consiga.
Allí hablo con el jefe de la
investigación del tiroteo porque mi situación es todavía “confidencial” aunque
dudo mucho que los policías de esa comisaría no sepan lo que hay. Según su
informe, el tiroteo lo efectuó una banda de rusos. ¡Ja! Y yo que me lo creo.
Les digo que son gilipolleces. Y que quiero hablar con alguien que sepa lo que
está haciendo. Por el rabillo del ojo, veo a Sam que acaba de entrar en la
comisaría pero Pat le intercepta antes de llegar hasta mí. No sé lo que ella le
dice, pero él recula y se va por donde había venido. Aunque puedo sentir que no
está demasiado lejos. Pat vuelve conmigo y consigue que me calme y me lleva
hasta una sala donde hay un señor que me mira con cara de pocos amigos, pero
después de ver morir a Nate en mis brazos, poco me importe lo que un
chupatintas piense de mí.
Entonces este señor empieza a
explicarme cosas raras, a darme consejos, cosas que no tienen importancia para
mí y que si fuera una novela, diría que es paja, así que voy al grano y le
digo.
— Déjese de historias. Quiero saber lo
que están haciendo para buscar a Ryan.
El tío se me queda mirando y agacha la
cabeza y empieza a negar con la cabeza, y ya me está cabreando
— ¿Me ha oído? Me importa una mierda
cualquier cosa que me diga. Solo quiero saber dónde está Ryan —le digo casi
gritando.
— ¿Sabes chico? Tienes valor. Primero,
no haces caso a tu enlace, luego te lanzas a una relación con varias personas
que pertenecían a tu vida anterior, cosa que está totalmente prohibido en
protección de testigos, y luego te pones en peligro por salvar a un crío que ni
te va ni te viene —me dice tan campante el cabrón.
— Primero, esas personas no
pertenecían a mi vida anterior, las conocí estando ya en protección. Segundo,
ese crío es mi hijo y tercero, ¡váyase a la mierda! —le digo pegando una voz y
abriendo la puerta para salir dando un portazo.
Pat corre detrás de mí e intenta
razonar conmigo, pero al final, me giro hacia ella y le digo.
— Quiero a Ryan ya, si no sabéis nada
mañana, yo mismo me colocaré en la puerta de Johnson —le digo con toda la
tranquilidad del mundo.
— No puedes hacer eso. Te matarán.
Además ni siquiera sabes dónde está —me dice enfadada.
— Me da igual. Haré lo que sea. Iré al
bufete antiguo de Nate. Seguro que encuentro a alguien que esté dispuesto a
hablar por dinero —le digo convenciéndome más a mí mismo que a ella.
— Joder, Kyle, vas a entorpecer una
investigación de años, ¡años! —me grita.
— Me da igual. Mañana o actuaré según
mis ideas —le digo y así salgo de la comisaría.
Paso por el lado de Sam al que me
atrevo a mirar de reojo. Ni yo me acerco a él ni él a mí. Mi corazón se siente
pesado y cansado. Quiero ir a casa a descansar y dejar que mi cuerpo vaya
curando las heridas que tengo, aunque sé que no lo conseguiré hasta que Ryan
esté a salvo.
Cuando llego al centro, veo a Anne que
está esperándome en la puerta de mi habitación. Me hace una señal para que
entremos. Cuando estamos dentro, me da un papel.
— Un hombre se acercó esta tarde
cuando salí al banco. No sé si te esperaban a ti o a alguien que conocieras. Me
dijo que te lo diera sin que la policía se enterara —me dice muy nerviosa.
Abro el papel y en letras a mano pone
“Esta noche a las diez, en el parque de Cedar Rapids. Solo. Sin policías o el
chico muere”
Mi rostro se pone blanco y miro hacia
Anne, y me doy cuenta que ella lo ha leído.
— No deberías ir Kyle —me dice con
ojos llorosos— Seguro que es una trampa y te pueden matar. Tal vez maten a Ryan
igualmente.
— Ya lo sé, pero ¿qué hago? —Le
pregunto—. ¿Me arriesgo a que de verdad lo maten diciéndoselo a la policía?
— ¿Por qué no llamas a Sam? —me dice
intentado poner un poco de sentido mi común a mi cerebro.
— No, no quiero involucrarle —le
contesto.
— Kyle, ya está involucrado. Es tu
pareja y además policía... —intenta convencerme.
— ¿Y si lo matan igual que Nate? —Le
pregunto envolviendo el puño y arrugando el papel que hasta entonces había
permanecido en mi mano—. No podría pasar por eso.
— Sam es policía y sabrá cómo abordar
todo esto —me dice Anne para tranquilizarme.
— No me digas nada más —le digo no
queriendo hablar más del tema—. Prométeme que no dirás nada.
Viendo que no me contesta y que ni
siquiera es capaz de mirarme, le agarro del brazo y le vuelvo a repetir:
— Prométemelo, por favor.
Me mira exasperada y con ojos tristes.
Asiente con la cabeza y exhala antes de añadir.
— Está bien, pero si al cabo de una
hora, Ryan no está de vuelta o tú no estás de vuelta, llamaré a la guardia
nacional si hace falta, ¿entendido?
Asiento con la cabeza mientras ella
sale de la habitación. Tengo un par de horas antes de elaborar un plan para
conseguir que Ryan esté a salvo.
CONTINUARÁ...
¡ NOS VEMOS PRONTO, MIS LECTORES!
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