¡Hola mis lectores!
¿Qué tal ha ido Halloween? ¿Habéis pasado miedo? Jajajajaja
Espero que lo hayais pasado estupendamente. Ahora ya a empezar a prepararse para Navidad.
No sacaré ninguna novela para las fiestas, porque estoy muy inmersa en las que ya tengo.
A ver si puedo traeros buenas noticias pronto.
Y ahora os dejo con una nueva actualización de "Fieles Adicciones".
Besos
EmiRose
Nota aclaratoria: Acordaros que es un borrador, que se volverá a revisar cuando se publique la novela completa.
ADVERTENCIA: En esta novela aparecen escenas sexuales explícitas H/H. El libro es SOLO para adultos. Puede vulnerar la sensibilidad de algunos lectores. Los que no estén dentro de estas normas, abstenerse de seguir leyendo. Gracias.
Todos los derechos reservados. All rights reserved.
Kyle tiene muchas adicciones, y alguna de ellas son los hombres. ¿Conseguirá tenerlas todas o se atragantará por el camino? Su vida y su pasado podrían impedírselo, pero tal vez tener una vida llena de ellas sea posible, sobretodo si son esas fieles adicciones quienes pueden curar su alma.
CAPÍTULO 33. LA VERDAD
Estoy en comisaría junto a Evan y Ryan, ya que Sam nos ha llamado por temas de la investigación. En principio, creía que estaba totalmente cerrada pero con un suspiro le he sonsacado que hablaremos del novio de Ryan. Ha encontrado algo.
Nos hace entrar en su oficina y remueve unos documentos.
— ¿Sabéis que hace unos días Kyle me pidió que investigara el pasado de Lee Smith, no? —Mira a Evan y a Ryan y viendo que asienten, sigue con la explicación—. Sé que estáis enfadados con él, y tal vez no ha hecho las cosas del mejor modo posible, pero pensad por un momento que una de las personas que más queréis está saliendo con otra a la que creéis que es dañina, ¿qué haríais?
— Tú estás de su lado —le interrumpe Ryan.
— Ryan, no es que esté de su lado o no, pero Lee estaba con unas personas muy, muy peligrosas. No sé si te lo ha explicado todo Kyle, pero creo que no sabes ni la misa la mitad —le dice con calma Sam.
— ¿Has encontrado algo? —ahora es Evan el que interrumpe.
Sam se lo queda mirando, y con un suspiro de pesar, abre una carpeta donde consta el nombre de Lee Smith.
— Sí, lo he encontrado —dice Sam mirando fijamente a Ryan.
— ¡No! No sé lo que es pero seguro que os lo habéis inventado para apartarme de él —dice Ryan muy nervioso.
— Ojalá fuera así, Ryan, pero las pruebas son muy evidentes... Hay videos, videos donde sale Lee en actividades... —dice Sam con tristeza.
Yo me quedo callado, dirigiendo lo que está diciendo Sam. ¿Videos?
— Quiero ver esos videos —dice Ryan.
— No y es un no rotundo —dice Sam recalcando el no con fuerza.
— Entonces no me lo creo —le reta.
— Ryan, no creo que ver lo que hay en esos videos te hiciera ningún bien, solo te puedo decir que en uno de ellos, se ve claramente a Lee dando la paliza a Kyle —dice bajando la voz Sam
Ryan mueve muy deprisa la cabeza hacia mí, y yo le miro pero no hago ningún gesto.
— Quiero verlo —determina Ryan.
Con un suspiro, Sam me mira, pidiéndome autorización y asiento con la cabeza.
— ¿En ese video solo se ve la paliza, verdad? —digo con un susurro.
Sam asiente y entonces saca una tablet de su cajón, y busca el archivo. En ella, se puede ver y escuchar cuando le digo a Ryan que corra, y cómo sale disparado. Entonces como llueven patadas y escupitajos en todo mi cuerpo. Ni siquiera me acordaba que me hubieran escupido. Y entonces es cuando se ven claramente las caras de los hombres que hay allí. Lee entre ellos riendo. Entonces Johnson le dice algo y sale corriendo por lo que sale de la cámara.
Es cuando se acaba el video.
— Creemos que fue corriendo a buscarte. Esto fue grabado por uno de ellos. Ha sido un milagro que lo encontráramos —dice Sam con la voz un poco rota.
Ryan está estupefacto y se retuerce las manos. Me doy cuenta que ahora soy su padre y tengo que ser fuerte por él. Con valentía por mi parte, le pongo mi mano encima de las suyas.
— Lo siento Ryan, lo siento mucho —oigo mi voz que dice.
Pero Ryan no dice nada hasta que sus sollozos quiebran la sala. Me levanto para abrazarle y él se agarra a mí como si fuera una tabla de salvación. Cuando pasa un rato, me dice en medio de sus lloros “quiero irme a casa”.
— Sam nos vamos, pero me gustaría que te pasaras por casa, quiero hablar contigo de todo esto —le digo mientras dirijo a Ryan hacia la puerta.
Entonces siento una mano en mi hombro que sé que es de Evan y en un primer momento quiero hacer lo que me hizo él días atrás, pero suspiro resignado y le miro. Se está disculpando con su mirada, pero ahora no sé cuán rota está nuestra relación. Solo quiero llegar a casa, tranquilizar a Ryan, tranquilizar a mi conciencia, hablar con Sam de nuevo y tal vez perdonar a Evan.
Al llegar a casa, intento que todo parezca lo más normal posible, así que cocino para todos, y hablo de la vida del colegio. Le digo a Ryan que si hoy quiere quedarse en casa, se puede quedar. Me da miedo que vaya a buscar a Lee, por eso quiero que Sam venga, aunque no tengo claro que sea muy buena idea porque quiero preguntarle varias cosas y con Ryan delante, no sé si podré hacerlo. Cuando acaba de comer, Ryan me comunica que se va al colegio, le ruego que no vaya a buscar a Lee, y me dice que no lo hará y me lo promete. Su tristeza me mata por dentro.
Me quedo a solas con Evan, pero creo que no se atreve a decir nada. Solo sé que no ha comido casi nada durante la comida ya que ha estado pasando de un lado a otro la pasta que había hecho.
Sam no tarda mucho en aparecer, y lo paso al comedor.
— ¿Quieres que me quede? —Me pregunta Evan indeciso.
Me lo quedo mirando, esta vez un poco irritado.
— Me gustaría que mi pareja estuviera a mi lado en momentos difíciles y este lo va a ser, así que, sí, te quiero aquí conmigo —le digo muy serio.
Se sienta a mi lado y ordeno mis ideas para poder hablar con Sam.
— Quiero saber qué hay en esos videos —le espeto.
— Kyle, no creo que sea lo mejor... —me contesta Sam.
— Sam, por favor... — le digo.
— Está la paliza y... hay otras cosas peores —me dice bajando la mirada.
— ¿Los has visto? —le pregunto.
— Kyle, no me han dejado. Estoy demasiado implicado. Hablé con Pat y me dejaron el de la paliza porque sabía que Ryan iba a pedir alguna prueba, pero los demás no me han dejado verlos. Pat dice que tendría ganas de matar a alguien... —a medida que ha hablado, ha ido bajando la voz.
— ¿Qué van a hacer con esos videos? —le pregunto con un nudo en la garganta.
— Procesarán a las personas y luego se archivarán —supongo que ve una incertidumbre en mis ojos cuando añade—. Son pruebas confidenciales y si en el juicio salen, solo lo verán los abogados, los procesados y los jueces.
— Entiendo —digo con mucho pesar.
Evan ha permanecido callado todo el tiempo pero se levanta de golpe de la silla y empieza a pasearse de un lado a otro.
— ¡Dios! ¿Cómo he podido ser tan estúpido, cómo? —Se dice para él mismo y entonces me mira—. ¿Sabes lo que le habría podido pasar a Ryan, lo sabes?
— Pero no le ha pasado Evan, y es lo que tenemos que pensar —intento tranquilizarle.
— Le apoyé para que estuviera con este tío, ¡le apoyé! —Grita.
— Ahora ya está y no ha pasado nada, te lo vuelvo a repetir —digo otra vez.
— ¿Le violó, ese tío violó a Kyle? —se gira hacia Sam para hacerle la pregunta.
— No importa, Evan, lo único que importa es que esté alejado de Ryan —le digo con un susurro.
— ¡A mí sí que me importa! —Evan grita desesperado.
— Evan, tranquilízate. Kyle tiene razón, ahora lo importante es que el tío este salga de la vida de Ryan, por lo que sé, lo van a detener en las próximas horas —dice Sam intentando también calmarle.
— ¿Kyle tendrá que pasar por todo esto otra vez en un juicio? —Pregunta irritado Evan.
— No creo, hay demasiadas cosas con que imputarle —dice Sam.
Entonces Evan se queda mirando a Sam y se acerca a él para abrazarle. Me los quedo mirando, dándome cuenta que se tienen el uno al otro y que yo ya estoy en segundo plano, o al menos es como me siento.
Tal vez Sam me dijera que hablara con Evan, pero creo que es demasiado tarde. Sé que me quieren los dos, pero la situación les ha superado y se han apoyado el uno en el otro, y yo me he quedado aparcado. Y aunque esté triste por ello, también me doy cuenta de que estoy alegre por ellos, porque sé que son el uno para el otro. Sin que se den cuenta, salgo del comedor poco a poco, hasta que estoy en la calle y respiro el aire que comporta.
Al cabo del rato, decido enviar un mensaje a Evan para decirle que he ido al centro a trabajar. Parece una excusa creíble. Me envía un mensaje de vuelta diciéndome que ya me echa de menos. ¿Por qué será que no acabo de creérmelo? Mientras voy camino del centro, veo a Ryan a lo lejos, sentado en el suelo del parque, y me dirijo hacia allí. Cuando me ve, levanta la cabeza y me da una sonrisa triste. Me siento a su lado y permanecemos en silencio.
— Lo siento mucho, lo siento mucho papá —Ryan susurra.
— No tiene importancia, Ryan. Lo único que de verdad importa, es que no corres peligro. Lo demás, lo superaremos —le digo con vehemencia.
— No te lo he dicho, pero me alegro que seas mi padre. Me alegro mucho.
— Y yo que sean mi hijo, Ryan.
Y nos quedamos así, sentados en el suelo viendo pasar a la gente, sin que haga falta que nos digamos nada, porque los dos sabemos que somos una familia.
CONTINUARÁ...
¡NOS VEMOS PRONTO, MIS LECTORES!
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