sábado, 18 de julio de 2015

"FIELES ADICCIONES". CAPITULO 8

¡Hola mis lectores!

¿Cómo lleváis este julio? Yo agobiada con tanta calor que a veces no me deja ni escribir, pero el aire acondicionado lo arregla bastante jajajaja

Aquí os traigo una nueva actualización de "Fieles Adicciones". Tengo que decir que en principio este capítulo estaba dividido en dos, pero al final he decidido hacerlo en uno, porque creo que la última parte me quedó muy rápida... Ya me diréis que os parece que los haya "rejuntado" jejejeje...

Espero que os guste... creo que incluiré un capítulo o dos más para finalizar la primera parte del libro, y luego vendrá una segunda parte, que espero que os guste...

Gracias a las personas que comentáis y así hacéis que quiera escribir más.

Con cariño
EmiRose


ADVERTENCIA: En este capítulo hay escenas sexuales explícitas H/H (o en ingles M/M). Libro destinado SÓLO para adultos. Puede vulnerar la sensibilidad de algunos lectores. Así que si estás entre los mencionados, por favor, no sigas leyendo.






Todos los derechos reservados. All rights reserved.


SINOPSIS

Kyle tiene muchas adicciones, y algunas de ellas son los hombres. ¿Conseguirá tenerlas todas o se atragantará por el camino? Su vida y su pasado podrían impedírselo, pero tal vez tener una vida llena de ellas sea posible, sobretodo si son esas fieles adicciones que pueden curar su alma.

Si te apetece también lo puedes leer en: 




CAPÍTULO 8. DOS ENREDOS MÁS

Estoy en casa, preparándome la cena y se oye el timbre. En el momento que abro la puerta, allí está Nate, con cara de cachorrito apaleado.
— Vine a disculparme otra vez, Kyle. Si yo hubiera sabido lo que pasaba, no hubiera dicho nada, es más, si hubiera sabido lo que pasaba en ese club, no habría ido o hubiera denunciado todo lo que estaba pasando, por favor, perdóname y quiero que me creas... —me dice Nate plantado en la puerta.
— Anda pasa, tú no sabías nada de lo que estaba pasando, ¿no?
Una vez dentro, me abraza. Yo no me resisto. Me resulta tan reconfortante. Cuando era mi Dom nunca me había abrazado. Simplemente nos limitábamos a cumplir con nuestro contrato. Al menos en apariencia, nunca en nuestras mentes. Me dice que tiene ganas de hacerme el amor, de hacerme sentir bien, de hacerme olvidar que alguna vez él perteneció a ese pasado tan horrible. Me dejo guiar. Aunque no hace el papel de Dom, me doy cuenta que le gusta controlar. Me pasa con sutileza las yemas de sus dedos por mi cuerpo mientras me rodea poco a poco mientras yo permanezco quieto, echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos. Me encanta estar a su merced, que vaya bajando surcando mi piel con sus suaves toques. Sus manos llegan hasta mi espalda cuando siento un apretón de su palma, mientras que la hace recorrer hasta mis nalgas, donde empieza a masajearlas. Estoy en la luna, sintiéndome cada vez mejor y mejor. Permanezco quieto, sabiendo en mi interior que él está más complacido así, porque aunque no fuera su sumiso, sé que eso es lo que le complace. De repente está frente a mí, sonriéndome, mientras yo abro los ojos y le encaro con curiosidad en mi mirada. Me pone mis manos encima de su polla, que está como un palo. Entonces empiezo a mover mis manos arriba y abajo, pero él me las quita, y me lleva hasta el sofá que hay detrás de mí. Me desnuda por completo, y se desnuda él, sin decir palabras, solo con sonidos de apreciación y deseo. Saca un tubo de lubricante del bolsillo del pantalón que ahora está en el suelo, y lo echa por sus dedos, empieza a acariciarse la polla con el lubricante, me hace ponerme de espaldas, de cara al sofá y se arrodilla detrás de mí, y sin juegos previos, va hacia mi agujero, donde allí empieza a hacer pequeños círculos con los dedos. De pronto, empieza a adentrarse. Siento un pequeño escozor, pero no me importa. Me gusta, me gusta que Nate me penetre con esos dedos. Ya los tengo en mi interior, dos dedos, los mueve, para al lado, para arriba y para abajo, los saca y los vuelve a meter con pequeñas embestidas, que me inundan de placer, y hacen que de mi polla salgan ya los fluidos que se agolpan en la punta.
— Nate, por favor. —Nunca lo había llamado así en nuestras sesiones. Siempre había sido “señor”, pero ahora me encanta, me gusta que me haga rogar por algo bonito y hermoso, no porque estuviéramos en ninguna sesión, aunque también me había gustado eso.
Saca sus dedos de mi interior, y me gira lentamente, pasando sus manos por mi cadera, hasta que estoy de frente a él de nuevo. Me estira en el sofá y sin pensárselo más, Nate se pone encima de mí, alinea su polla en mi agujero, y poco a poco va introduciéndose, con calma, teniendo cuidado de no hacerme daño. Miro sus ojos con emoción, porque nunca nadie había querido hacerlo conmigo de esa manera, mirándome a los ojos, y no lo puedo evitar. De mi ojo izquierdo, sale una lágrima.
— ¿Paro? ¿Te estoy haciendo daño? —Nate me mira con esos profundos ojos vacilantes.
— No, sigue por favor, no te pares ahora. No voy a durar mucho más. Necesito correrme, por favor, tócame. —Ruego desesperado por tener sus manos encima de mi polla, para que la estruje y haga salir todo el semen que tengo allí ya acumulado.
Nate sigue con sus pequeñas embestidas. Tengo toda su polla dentro del culo, y me doy cuenta de que lo hemos hecho sin condón, pero en ese momento no me importa. Ya me preocuparé luego. Quiero que me folle y folle hasta olvidarme de mi nombre. Siento su mano alrededor de mi eje, y solo hace falta eso para que estalle como los fuegos artificiales en el cuatro de julio. Dios mío. Veo estrellitas a mi alrededor. Ha sido intenso. También siento como su polla explota en mi interior, y con tal cantidad que chorrea y chorrea de tal manera, que siento el semen caer a través de mis piernas, sin siquiera haberse salido. Se queda quieto encima de mí, respirando fuerte, con la frente en mis hombros, mientras va reduciendo su agitación, mientras que yo también reduzco la mía, hasta que se levanta. Entonces veo que va buscando por las habitaciones, entra en el lavabo, y regresa con una toalla húmeda, que la utiliza para limpiarnos a los dos.
— Y ¿esas lágrimas? —Me pregunta, viéndose preocupado.
— No es nada, solo que hacía tiempo que nadie me follaba preocupándose de mí, solo es eso —respondo. No quiero que sepa toda la verdad. Todo lo que me ha hecho sentir.

Está un rato más conmigo charlando, de cosas triviales, de cosas no pasadas, de trabajo, de la empresa de Evan. Nada personal, solo una conversación, la cual no recordaré pasados unos minutos. No le digo que he tenido sexo con Evan, no me parece adecuado hacerle saber que he tenido sexo con su amigo. Pasado un rato, creo que ni siquiera recuerda que ha follado conmigo, por la forma tan impersonal de actuar. Al cabo del rato se va. Y ahora estoy otra vez confundido porque tampoco sé lo que ha significado para él tener sexo conmigo.
Seguidamente, me voy a la cama, dejando que la cena que me estaba preparando se enfríe en la cocina, aunque no sé quién se ha quedado más frío, si yo o la comida. Me envuelvo entre mis sábanas, pensando en el día que acabo de tener.
Evan y Nate. Con los dos he tenido sexo. Con los dos me he sentido dichoso. Con los dos me he confundido. Y nublado con mis pensamientos, me voy hacia la deriva de un mañana. Un mañana que ni siquiera sé cuándo llegará.

*******

Hoy en el trabajo no he visto a Evan. No estaba en su despacho y ni siquiera se ha dignado a llamar para decir que no estaría. Tampoco me ha enviado ningún correo electrónico, tal como acostumbra a hacer para asignarme tareas. Al final me he enfadado y he decidido pasar totalmente de él. Pero claro, cuando ha sucedido esto, mis pensamientos me han transportado hacia Nate, el cual, tampoco ha dado hoy señales de vida. Así que mi día ha sido un día de mierda.

Cuando llego a casa, ceno tranquilamente la comida que hice el día anterior, mientras veo televisión pero mi cabeza no deja de dar vueltas a todo lo que ha pasado en los últimos días, pero otra vez me interrumpe el timbre y no me digáis porqué pero sé que es Sam.

Le dejo entrar. Me mira receloso. Me dice que no sabe cómo actuar. Sabe que me siento atraído por Evan y por Nate. Se siente celoso. Y yo no puedo más y le atrapo en un beso ardiente. Para haber sido un sum, no está para nada mal, mi lado dominante. Él se deja llevar. Me acaricia con ternura, mirándome con esos ojos de color miel tan hermosos. Se aparta del beso para entrelazar una mano con la mía, y me lleva hasta el dormitorio. Así es como él es quien domina ahora. Me va quitando la ropa lentamente, mientras me descubre la piel, y la va cubriendo a besos. Consigue que los dos nos quedemos desnudos, con nuestras pollas erguidas, deseosas de una atención, que sé que pronto tendré. Me da la vuelta y me empuja para que me estire en la cama dejando mi polla aprisionada en la colcha. Me abre las piernas y me sube el culo un poco, exhibiendo así mi agujero rosado.

— Dios Kyle, te ves tan hermoso así, y eres todo para mí. No puedo pensar en otra cosa que meter mi polla en tu culo, y perforarlo y perforarlo, hasta hacer que te corras —dice con palabras roncas.

No sé cómo sabe que tengo lubricante en mi mesita de noche, pero llega hasta allí para alcanzalo. Lo echa directamente sobre mi ano, y empieza a masajearlo. Por lo visto tampoco va a haber juegos previos con Sam. ¿Será que a mis fieles adicciones les gusta ir directamente al grano? Se estira encima de mí, y mete su polla de golpe, sin dar tregua a mi agujero a que se estire lentamente. Siento un picazón, pero me gusta. Empieza a moverse, entrando y saliendo en un bonito compás, pero también me susurra palabras al oído, diciéndome lo bien que me siente, lo bien que me veo, lo orgulloso que está de mí. Me siento bien, dichoso de que Sam me esté haciendo suyo. La fricción de la colcha está haciendo su parte y no tardo mucho en correrme, aunque he hecho un lío desastroso en la ropa. Sam también se corre. De seguida se levanta, y me ayuda a levantarme. Retira la ropa sucia, y se mete entre las sábanas, alcanzándome con una mano, invitándome a mi propia cama, a que me acurruque con él, a su lado, luego nos tapa mientras se pone en cucharita con mi cuerpo y me dice al oído “duerme, yo te cuido”. Y el cansancio me vence.

Me despierto desorientado, pero pronto recuerdo con una sonrisa, que Sam está conmigo. Pero la sonrisa se me desvanece en cuanto me doy cuenta de que Sam no está en la cama. Me levanto para comprobar que no se ha ido, pero me doy cuenta de mi error. En medio de la noche, él se ha ido, y me ha dejado, solo. La palabra es abandonado. Al menos, es así como me siento.
Y finalmente me doy cuenta de que también Sam me ha confundido. Del que menos creía que me iba a sentir de esa manera. Así que tampoco sé lo que ha sido esto para él porque ni siquiera llegamos a tener una conversación.
Resumiendo, he tenido sexo con mis tres adicciones, pero me doy cuenta de que me siento más solo que nunca.


       ¡NOS VEMOS PRONTO MIS LECTORES!
 
 

4 comentarios:

  1. Hola Emi :)
    En lo personal disfruto mas de las historias románticas, pero creo que esta no lo es, soy bastante anticuada supongo, gracias por el capi, bye

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Lu,
      Gracias por comentar! La empecé como una historia romántica... hay escenas de sexo y han sido en dos capítulos seguidos pero no significa que no lo sea... el romanticismo viene de muchas maneras y no siempre tiene que ser lo "convencional" jejejeje... yo te animo a que la sigas leyendo y a medida que pasen los capítulos, creo que no te defraudará ;)

      Eliminar
  2. Hola Emi, pobre Kyle debe estar bien confundido con sus adicciones que de un momento tan especial pasan a la mas absoluta frialdad. Muy bueno el capitulo. Un abrazote y esperando el siguiente.

    ResponderEliminar
  3. Hola Emi, a mi también meda penita el pobre Kyle menuda vida lleva mas intensa, me gusta mucho hacia donde va el libro,es algo distinto a una tipica historia de dos.Un saludo

    ResponderEliminar