"FIELES ADICCIONES". CAPÍTULO 6

¡Hola mis lectores!

Aquí tenéis la nueva actualización de la novela "Fieles Adicciones".
Cada vez sabemos más del pasado "confuso" de nuestro protagonista.
Otra cosa, ¿os gusta la portada? ¿O la cambiaríais? Tengo dudas...
Besos y nos vemos muy muy pronto...

Todos los derechos reservados. All rights reserved.

SINOPSIS

Kyle tiene muchas adicciones, y algunas de ellas son los hombres. ¿Conseguirá tenerlas todas o se atragantará por el camino? Su vida y su pasado podrían impedíselo, pero tal vez tener una vida llena de ellas sea posible, sobretodo si son esas fieles adicciones que pueden curar su alma.

CAPITULO 6. EL ARRESTO

Otro día más en mi patética vida. Sam me vino a recoger y le expliqué todo lo que había pasado. Se enfadó. Se enfadó conmigo por renunciar, porque dijo que así les demostraba que tenía algo que esconder. Se enfadó con el Sr. Campbell, por retirarme su confianza sin motivo. Se enfadó con Nate, por ser quien me ha descubierto. Se enfadó porque no quise dejarlo todo en ese mismo instante. Me dijo que me volvería a cambiar de identidad, y que tenía que marcharme. No puedo. No puedo seguir huyendo. Sé que arriesgo mi vida. Llevo cuatro años así. Estoy cansado. En pocos días, he pasado de soñar con adicciones a soñar con que Doms me persiguen. Han vuelto las pesadillas. Después de tanto tiempo, han regresado a mi mente. Pero tengo que ser responsable. No creo que Nate se lo haya dicho a alguien más. Tampoco el Sr. Campbell. Aunque tengo miedo que hayan empezado a investigar. Al final, Sam se fue a su casa frustrado, pero hizo algo que nunca había hecho. Me dio un beso, un beso en la mejilla que luego acarició con ternura. ¡Dios! No quiero hacerme ilusiones con Sam. Es un policía y me está protegiendo. Solo eso.

Llego al despacho y al parecer todavía no ha llegado nadie, porque todo está muy oscuro y quieto. Empiezo a ordenar todo el trabajo del día, pero de golpe se abre la puerta del Sr. Campbell y aparece Nate en la puerta. Está con ojos vidriosos. Se queda parado, mirando. Está nervioso. No sé porqué.

— Buenos días Kyle, ¿podrías pasar un momento, por favor? —Me dice con una voz suave, pienso que casi con cariño.

Me levanto y entro en el despacho, en el cual ya está el Sr. Campbell sentado detrás de su mesa, con cansancio en sus ojos. Ha desaparecido la mirada triste y ahora tiene una de cautela.

— ¿Puedes sentarte por favor? —Me dice el Sr. Campbell. —Necesitamos hablar contigo.

Empiezo a ponerme otra vez nervioso. No creo estar preparado para seguir mintiendo. No a esos ojos. No a los ojos de Nate. Estoy en un dilema, pero todo y así me siento enfrente. Nate se pone detrás del Sr. Campbell. No veo nada acusatorio en sus miradas.

— Kyle, no quiero que renuncies. Estoy muy contento con tu trabajo, y si te hice sentir mal o incómodo espero que me disculpes, y pienses en la posibilidad de seguir trabajando conmigo. Bueno con nosotros, ¿qué me dices? —El Sr. Campbell me mira fijamente esperando ansioso una respuesta.

— Mire Sr. Campbell, es mejor así. Me gusta mi trabajo, la verdad, pero ya no confío en usted. Me acusó de algo muy grave, de falsificación, y eso es algo que no puedo tolerar. Mi renuncia es total, y solo le he dado cinco días, porque quiero marcharme cuanto antes. La confianza va dirigido en dos bandas, ¿sabe? —No estoy mirándole a los ojos. No puedo.

— Kyle, lo siento de verdad. Fui yo el que puso esa desconfianza en Evan, y creo que te debo una disculpa enorme. —Nate interrumpe mis pensamientos y continua hablando — el chaval con el que te confundí está muerto. Murió en un atraco hace tres años, así que por favor, te vuelvo a pedir disculpas por todo y decirte que reconsideres tu puesto. Además te necesito en todos los proyectos donde íbamos a trabajar juntos.

— Lo siento, Sr. Rowan, pero está decidido, y no voy a cambiar de opinión. Ahora si me disculpan, voy a seguir preparando los documentos para que todo esté bien el día que me vaya —le he interrumpido pero no quiero seguir con la conversación. Sam me ha dicho que es mejor que corte por lo sano con todo.

En el momento en que me levanto, se abre la puerta y entra Carol muy agitada. Detrás de ella entra Sam con su compañero de la policía. Empiezo a temblar. No sé si está permitido saber que le conozco. Me mira pero no dice nada.

— Sr. Campbell, la policía quiere hablar con usted. No han querido esperar fuera, no sé. —Carol está muy muy nerviosa. No sabe lo que pasa. Ni yo tampoco y por eso me quedo muy quieto. Quieto total.

— Está bien Carol. —El Sr. Campbell se dirige ahora a Sam.— ¿Qué puedo hacer por ustedes?

Sam mira hacia Carol y mira hacia mí. Carol se retira, y cierra la puerta. No se da cuenta que me ha dejado a mi dentro. Sam ni siquiera me mira. Veo que mira a Nate.

— ¿Es usted el Sr. Campbell? ¿Y usted el Sr. Rowan? —La voz de policía sobresale en el pesado silencio del despacho.

— Soy Evan Campbell y este de aquí es mi abogado, Nate Rowan. —Está siendo amable, y no mira hacia mí. No sé si no se ha dado cuenta o lo hace deliberadamente. —¿En qué puedo ayudarlo, agente?

De pronto se acerca a Nate, y sacando sus esposas del bolsillo trasero de sus tejanos empieza a decir mientras lo está esposando:

— Sr. Nate Rowan, queda detenido por la violación e intento de asesinato del Sr. Denny Wheeler. Pueda guardar silencio, y si habla, puede ser....

— Sam, ¿qué estás haciendo? —Interrumpo antes de que diga nada más.

Sam levanta la mirada. Creo que se acaba de dar cuenta que sigo dentro del despacho.

— Perdone, señor, ¿usted quién es? Apártese —Me dirige una mirada de odio para que lo deje tranquilo, pero esto no lo dejo pasar. Ahora ha sido él quien me ha puesto en peligro.

— Te lo vuelvo a preguntar Sam, ¿qué coño estás haciendo? —Le grito y me doy cuenta que tanto Nate como Evan me miran boquiabiertos. Se han dado cuenta que algo raro pasa y que nos conocemos.

— Estoy haciendo lo que debo hacer. Si me disculpas, estoy haciendo un arresto. —Sam continúa tranquilo y empieza a tirar de las esposas de Nate para que lo siga.

— Sam, considera que soy su abogado, y en este momento su abogado no está muy contento —digo sin un atisbo de nerviosismo en mis palabras.

Sam se gira muy sorprendido, y creo que las neuronas de su cerebro empiezan a fallar, porque no es capaz de decir nada. Su compañero, allí parado, tampoco dice nada.

— No puedes ser su abogado. Hay conflicto de intereses —balbucea.

— Sam. Sam, por favor. El Sr. Rowan no ha hecho nada, y tú lo sabes, así que interrumpe este arresto. Sabes que no sabe de qué va todo esto. Lo sabes. Y si ya estaba en peligro, ahora, tú acabas de señalar mi cabeza con una bala. —Me arrepiento al momento de decir esto, porque le he provocado un dolor enorme. Lo veo en sus ojos agitados, pero ya está dicho. No voy a dejar que arresten a alguien solo porque me ha reconocido.

— Kyle, está metido en el ajo, era cliente del club, te ha reconocido. Fin de la historia. —Sam nunca me ha hablado tan serio.

— Creo que deberíamos saber lo que está pasando, ¿no? —El Sr. Campbell interviene en la conversación- —Agente, está arrestando a mi abogado, en mis instalaciones, y otra persona está diciendo que lo está haciendo bajo acusaciones falsas.

— Eres Denny. —Nate me mira y veo que la desconfianza ha vuelto a aparecer.

— Se llama Kyle, y ha presentado una denuncia en el cual dice que conoces a Denny Wheeler, su hermano —le dice Sam, pero en cuanto sale esa frase por su boca y mira hacia mí, se da cuenta de que ha metido la pata.

— Ya. Su hermano. Kyle no tiene hermanos. Yo mismo se lo pregunté ayer, así que ahórranos todo esto. No he violado ni intentado matar a nadie, así que por favor, le agradecería que antes de que esto vaya más lejos, me quitara las esposas, porque si sigue con esto, empezaré yo mismo una investigación que para cuando acabe con usted no habrá podido trabajar de policía en todo lo que le resta de vida, ¿está claro? —Nate está furioso.

— Cállese. De momento está arrestado. No me importan sus amenazas. —Sam le dice gritando y empieza otra vez a andar con Nate delante de él.

— Sam, si sales por esa puerta con Nate —Era la primera vez que llamaba a Nate por su nombre, y todos se sorprendieron —desapareceré y no me encontrarás jamás.

Sam se detiene. Inmovilizado total. Y otro pesado silencio recae en el despacho.

— No hablarás en serio, ¿no? Este tío violó y no sé qué más hizo a Denny y a ti no te importa. ¿Tanto pesa su Dom en ti? —Me dice Sam para herirme. Nunca lo había visto así. Está frustrado. Está herido. Está... celoso.

Me acerco hasta él y pongo mi mano en su brazo, el que está tendido cogiendo las esposas de Nate.

— Por favor, Sam, él no tiene la culpa de lo que le pasó a Denny. Él solo era un Dom, ni violó ni intentó asesinarlo. Por favor, no hagas esto. Él no se lo merece —le digo susurrando pero sé que todos han oído mis palabras.

— Kyle. Denny, Denny está en peligro, y yo no quiero que desaparezca otra vez, no quiero que tenga que pasar por todo otra vez. Entiende por qué le estoy arrestando —Sam intenta justificarse.

— Sam, ¿oyes lo que dices? Estás arrestando a alguien, para cubrir la espalda de otra persona y eso no está bien. Tú lo sabes —mientras estoy diciendo esto veo a Sam abrir las esposas de Nate.

— Nate, por favor, necesito que lo que ha pasado aquí, no salga de este despacho. Sé que estás herido y que puedes hacer que detengan a Sam por esto, pero quiero que sepas que lo sentimos profundamente —intento decir, no sabiendo si tendré éxito.

— Nate te perdonará con una condición. Tanto Nate como yo nos merecemos una explicación. Una explicación de lo que realmente está pasando porque hasta ahora, aunque nos podemos imaginar algo, no sabemos la verdad, y creo que es vuestro deber decírnosla —dice el Sr. Campbell que ha permanecido callado hasta ahora.

— No creo que eso sea necesario —dice Sam. El policía que no confía en nada sale ante esa consideración.

— Os lo explicaré pero no aquí. Prefiero que vengáis todos a mi casa. Tengo mucho que explicaros, y creo que necesito sentarme en mi sofá, si voy a tener una conversación difícil —les digo ya dirigiéndome a la puerta. —Os espero allí.

Salgo de la empresa y me dirijo a mi casa. Ni siquiera veo las calles mientras estoy conduciendo. Después de tantos años, voy a contarle la verdad a alguien, a alguien aparte de Sam.

No hace ni cinco minutos que he llegado, y el timbre suena. Abro la puerta y allí están, los tres, uno con mirada de enojo, el otro con mirada curiosa y el otro con mirada de cautela. En ese momento, me doy cuenta, que los tres son parte de mis adicciones. Pero en qué estoy pensando. Como puedo yo, haberme enamorado de tres personas. Tres personas completamente distintas. Hago un suspiro grandioso, y abro la puerta de par en par hasta que pasan los tres en fila, mirándome a los ojos. Sam, se dirige a la cocina, y a los otros dos los hago pasar al salón. Miran con curiosidad mi casa. No es un verdadero hogar. Se nota por los muebles, se nota porque no hay fotos. Se nota porque no hay calidez en el ambiente.

— ¿Queréis algo de beber? Yo me estoy haciendo un café —Sam sale con un trapo de cocina entre sus manos

— Un café está bien...

— Otro para mí, por favor...

Les hago sentarse. Le quito de las manos el trapo a Sam y con la vista le advierto que vaya a sentarse junto a los otros dos, mientras yo hago el café. Cuando llego al comedor con la bandeja, veo que hay una tensión en el ambiente que se corta con un cuchillo.

¡NOS VEMOS PRONTO, MIS LECTORES!