¿Cómo estáis en el día de hoy? Supongo que contentos, contentísimos.. Por fin, EEUU ha dado su brazo a torcer y la justicia ha hecho algo bueno... Sí, sí, me refiero a que allí ahora es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¡Por fin! Y aunque queda lucha por recorrer para conseguirlo en otros países, esperemos que otros sigan su ejemplo y den estos derechos ya.
Para celebrar esta magnífica noticia y cómo no, el Día del Orgullo Gay, os traigo una nueva actualización que espero que os guste... Como soy de Barcelona, os dejo una imagen de la ciudad...
Y ahora sí, aquí tenéis la actualización:
Todos los derechos reservados. All rights reserved.
SINOPSIS
Kyle tiene muchas adicciones, y algunas de ellas son los hombres. ¿Conseguirá tenerlas todas o se atragantará por el camino? Su vida y su pasado podrían impedírselo, pero tal vez tener una vida llena de ellas sea posible, sobretodo si son esas fieles adicciones que pueden curar su alma.
CAPITULO
7.LA HISTORIA
Hace unos diez años,
cuando tenía 18 mis padres me echaron de casa. Eso fue en el momento
que les dije que era gay. Mis padres ya mayores, no quisieron
entender, solo entendían que aquello era la Virginia
conservadora y que no iban a tener un hijo maricón. Así que de
golpe, me vi en la calle. Estuve haciendo varios trabajos pequeños y
dormía en pequeños albergues. Vivir en la calle fue difícil, y de
pronto me vi recibiendo dinero por mamadas, o masturbaciones en
sucios callejones. Así fueron pasando los meses, cuando finalmente
conocí a un chico que me dijo que me presentara en un club. Un club
de hombres. Así que fui allí en un acto desesperado por salir de mi
miseria. Solo quería poder dormir en una confortable cama sin
personas alrededor, y tener tres comidas al día. Al dueño del club
le encanté. Y empecé a ejercer de “puta” , y fui ascendiendo,
contando con clientela fija, tanto mujeres como hombres. Empecé a
recibir dinero, y pude alquilar un buen apartamento, podía comer
tres veces al día, y podía ahorrar algo. Un día, recibí a un
cliente, bastante importante y me dijo que él tenía también un
club, un club un poco diferente, pero que si me interesaba, me daba
trabajo, un buen trabajo, con buenas ganancias. La verdad es que no
sabía que hacer, pero con veintiún años no sabes qué decidir en
la vida, hasta que te hablan de dinero, de una cifra que me podría
retirar del mercado de prostitutos en tres o cuatro años. Antes de
decidirme, le dije que tenía que pensarlo, que me gustaría ver el
club, saber lo que tenía que hacer, y le dije que si aceptaba tenía
varias condiciones, entre ellas que solo quería trabajar con
clientes que yo mismo elegiría, solo cuatro o cinco horas al día,
que me gustaba el sueldo que me proponía, pero que quería entrar en
la universidad y estudiar.
Así es como entré
en el Club Duso. En un principio, me daba miedo elegir entre ser un
sum o un Dom, así que hice una prueba. No me gustó ser un Dom, o
tal vez fue, que como no tenía un ejemplo que seguir, no lo supe
hacer bien. Me gustó ser un sum, que alguien controlara lo que yo
debía hacer. Tenía una palabra segura y no me importaba utilizarla
cuando era necesario. Nunca me ha gustado el dolor intenso, así que
cuando una sesión empezaba a ser demasiado intensa, la palabra
segura surgía de mis labios. También empecé a tener clientes
asiduales, y ya no solo fue el sueldo lo que ganaba, sino propinas,
algunas de ellas considerables, porque aquellos clientes estaban
gustosamente satisfechos. Con algunos practicaba sexo, con otros no.
Siempre estaba la palabra segura. Y así me pasé la vida hasta los
veinticuatro años. Trabajaba en el club, estudiaba intensamente para
sacarme mi carrera como abogado, y vivía en un cómodo apartamento.
El único lujo que no me permití, fue hacer amigos. No podía
hacerlos porque sabía que un día desaparecería de allí, porque
cuando fuera abogado, no quería que se averiguara lo que había sido
mi vida.
En cuanto a los
clientes que me llegaban, eran de todo tipo. Algunos solo querían
hablar, algunos solo querían follar, algunos solo querían que fuera
su esclavo. Si queréis saber, los juegos siempre fueron consentidos,
algunos me ataban, algunos me azotaban. Con las manos, con la paleta
o con látigos. La verdad es que muchas veces lo disfrutaba, otras no
tanto. Algunos de los clientes, los más habituales, conforme pasaba
el tiempo pasaron de ser simples Dom, a ser como “conocidos”, ya
que me explicaban sus problemas, sus frustraciones, y aunque no
hiciéramos nada en esas sesiones, ellos seguían dándome propina.
Con el tiempo, a alguno de ellos les empecé a tener afecto, pero al
final siempre acababan marchándose. Creo que tenían miedo, miedo de
que la sociedad los rechazara.
Un día, vino un
cliente, era un cliente habitual, pero muchas veces había querido
infligirme más dolor del necesario, aunque siempre lo había
conseguido parar. Por si alguna vez, no pasaba esto, en la habitación
de juegos, había cámaras que permitían a un guardaespaldas
interrumpir la sesión si se salía de madre. Pero ese día, este
tipo tenía otras intenciones. Me ató a la cruz de San Andrés y me
puso aceite por todo el cuerpo, empezó a pegarme con la paleta, y
luego con el látigo, pero no sé que pasó, que empezó a golpearme
con algo más fuerte. En seguida grité, y le dije mi palabra segura,
pero siguió y siguió, hasta que oí que la puerta de la habitación
que se abría, y mi guardaespaldas lo detenía. Vi a Dwight
bajarme de la cruz y en el momento en que me miró, supe la lástima
que estaba sintiendo y fue cuando también me di cuenta, que esa
sería mi última vez en ese club. Así que cuando me curaron las
heridas, fui al dueño y le dije que dejaba el trabajo, que habían
sido muchos años, y que ya era hora de que empezara algo nuevo, algo
lejos de ese mundo, que me estaba consumiendo y del cual no estaba
contento. Él tampoco se veía contento por dejarle pero me dijo que
lo entendía y que no me preocupara. Dejé el club y empecé mi nueva
vida, con la clara intención de mudarme de ciudad, porque allí era
probable que me reconocieran, ya que algunos clientes del club eran
gente importante. El dueño del club se mantenía en contacto
conmigo, para saber cómo me iba, y cómo habíamos sido mucho tiempo
empleado-jefe no me pareció extraño que preguntara ciertas cosas de
mi vida.
Así que cuando
llegó la hora de mudarme estaba muy ilusionado. Había encontrado
una casita en Texas, lejos, donde podría reanudar mi vida sin
cualquier implicación.
Una noche, alguien
llamó a mi puerta, y al abrir me encontré con el último cliente
que tuve, el que Dwight detuvo.
Junto a él había dos hombres más, encapuchados. No me dio tiempo a
correr. No me dio tiempo a nada. Entre los tres me ataron, y me
amordazaron, también me taparon los ojos. Hicieron una sesión
completa, incluyendo la paleta, el látigo, el cinturón, la hebilla
del cinturón, cigarros. El final de la sesión fue una violación en
grupo. En un momento creo que dejé de sentir. Dejé de luchar. Me
quedé esperando que todo acabara. Creo que se pensaban que estaba
muerto porque me giraron, y hablaban en voz baja. Uno de ellos,
quería ver mis ojos para ver si en verdad estaba muerto, así que
cometió el error de quitarme la venda. Y allí estaban las caras de
los tres, la del cliente, la de otro cliente y la del dueño del
club. En cuanto se dieron cuenta, cada uno con su navaja empezaron a
apuñalarme y yo me dejé ir a un paraíso oscuro.
Cuando desperté
estaba en un hospital, con
Dwight a mi lado. Supe que fue él quien me salvó. Hacia unos
días que había oído hablar al dueño del club con esos clientes,
que me harían una sesión que nunca olvidaría. Y Dwight
fue a la policía, pero ya era demasiado tarde. No había
llegado a tiempo. Sé que estuve cinco días en coma. A partir de
entonces mi puerta estaba vigilada constantemente.
Dwight se hizo amigo mío. El dueño del club junto a los
clientes fueron arrestados, pero para mi sorpresa, tenían escondido
todo un tráfico ilegal de personas, todo bajo el nombre del club.
Algunos de los prostitutos que trabajaban allí, en realidad estaban
obligados. Empezó todo a enredarse y enredarse. Conexiones con la
mafia, con policías, con gente importante. El día que entré en el
programa de protección de testigos, fue el día que asesinaron a
Dwight. Soy Kyle
Carpenter, antes Denny Wheeler, y Sam es mi contacto.
Suspiro cuando acabo
de contar todo esto. Nate pega un salto del sofá y empieza a
pasearse por todo el salón. El Sr. Campbell suaviza su expresión, y
vuelve a esa mirada triste que le caracteriza, y Sam se va al baño,
creo que a respirar. En un momento, Nate se queda parado delante de
mí, con sus manos me levanta de la silla en que estoy sentado, y me
abraza fuertemente seguido por un lo siento, lo siento, que no para
nunca. Siento mi hombro mojado, o sea que está llorando. El Sr.
Campbell se ha levantado también, y ahora me abraza por detrás. Me
siento espachurrado pero me siento bien.
— ¿Qué está
pasando? —Grita Sam cuando regresa del cuarto de baño, y los
aparta de un manotazo a los dos.
Ahí se acabó el
sentirme bien. Estoy horrorizado. No solo me siento atraído por un
hombre, ni por dos, sino por tres. ¿Estoy loco? ¿Después de todo
lo que he pasado?
Evan, Nate y Sam se
miran entre ellos. Si fuéramos lobos, creo que estarían midiendo su
terreno y si pudieran mearían sobre mí para marcar su territorio.
Quiero sentirme bien pero no puedo. Entonces decido que lo mejor es
que se vayan y me dejen tranquilo por unos días. Al Sr. Campbell le
hago saber que volveré en unos días a recoger mis cosas, que me
pillo vacaciones. A Sam le digo que no se acerque por mi casa, porque
de momento no necesito a ningún policía, y a Nate que por favor
olvide que alguna vez me conoció como un sum.
Cuando se van,
cierro la puerta detrás de ellos, apoyo mi espalda en contra de
ella, pero mis rodillas empiezan a ceder. Me he caído en el suelo
con la espalda apretada contra la puerta, me abrazo las rodillas tal
como estoy, y sé que tengo la mente en blanco, no puedo pensar nada.
Ni siquiera me salen las lágrimas. Ahora que mis adicciones lo saben
todo, estoy desbordado, y siento una tristeza abrumadora que enreda
mi alma, aunque no sé porqué. solo me queda claro una cosa. Estoy
solo en mi desesperación.
¡NOS VEMOS PRONTO, MIS LECTORES!
Intenso capítulo, gracias Emi, buen inicio de semana :)
ResponderEliminarBuenísimo, gracias Emi por compartir; saludos!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho!!, ahora a esperar el siguiente, muchas gracias.
ResponderEliminarAhhhhhh que capi Emi!!!! pobre Kyle!!!!!. Muchas gracias.
ResponderEliminarHola Emi, muy bueno el capitulo, que pena lo que le paso a Kylee. Un abrazote.
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