domingo, 28 de junio de 2015

En este día de celebración, un nuevo capítulo de "Fieles Adicciones"

¡Hola mis lectores!

¿Cómo estáis en el día de hoy? Supongo que contentos, contentísimos.. Por fin, EEUU ha dado su brazo a torcer y la justicia ha hecho algo bueno... Sí, sí, me refiero a que allí ahora es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¡Por fin! Y aunque queda lucha por recorrer para conseguirlo en otros países, esperemos que otros sigan su ejemplo y den estos derechos ya.
Para celebrar esta magnífica noticia y cómo no, el Día del Orgullo Gay, os traigo una nueva actualización que espero que os guste... Como soy de Barcelona, os dejo una imagen de la ciudad...


Y ahora sí, aquí tenéis la actualización:






Todos los derechos reservados. All rights reserved.


SINOPSIS

Kyle tiene muchas adicciones, y algunas de ellas son los hombres. ¿Conseguirá tenerlas todas o se atragantará por el camino? Su vida y su pasado podrían impedírselo, pero tal vez tener una vida llena de ellas sea posible, sobretodo si son esas fieles adicciones que pueden curar su alma.


CAPITULO 7.LA HISTORIA

Hace unos diez años, cuando tenía 18 mis padres me echaron de casa. Eso fue en el momento que les dije que era gay. Mis padres ya mayores, no quisieron entender, solo entendían que aquello era la Virginia conservadora y que no iban a tener un hijo maricón. Así que de golpe, me vi en la calle. Estuve haciendo varios trabajos pequeños y dormía en pequeños albergues. Vivir en la calle fue difícil, y de pronto me vi recibiendo dinero por mamadas, o masturbaciones en sucios callejones. Así fueron pasando los meses, cuando finalmente conocí a un chico que me dijo que me presentara en un club. Un club de hombres. Así que fui allí en un acto desesperado por salir de mi miseria. Solo quería poder dormir en una confortable cama sin personas alrededor, y tener tres comidas al día. Al dueño del club le encanté. Y empecé a ejercer de “puta” , y fui ascendiendo, contando con clientela fija, tanto mujeres como hombres. Empecé a recibir dinero, y pude alquilar un buen apartamento, podía comer tres veces al día, y podía ahorrar algo. Un día, recibí a un cliente, bastante importante y me dijo que él tenía también un club, un club un poco diferente, pero que si me interesaba, me daba trabajo, un buen trabajo, con buenas ganancias. La verdad es que no sabía que hacer, pero con veintiún años no sabes qué decidir en la vida, hasta que te hablan de dinero, de una cifra que me podría retirar del mercado de prostitutos en tres o cuatro años. Antes de decidirme, le dije que tenía que pensarlo, que me gustaría ver el club, saber lo que tenía que hacer, y le dije que si aceptaba tenía varias condiciones, entre ellas que solo quería trabajar con clientes que yo mismo elegiría, solo cuatro o cinco horas al día, que me gustaba el sueldo que me proponía, pero que quería entrar en la universidad y estudiar.

Así es como entré en el Club Duso. En un principio, me daba miedo elegir entre ser un sum o un Dom, así que hice una prueba. No me gustó ser un Dom, o tal vez fue, que como no tenía un ejemplo que seguir, no lo supe hacer bien. Me gustó ser un sum, que alguien controlara lo que yo debía hacer. Tenía una palabra segura y no me importaba utilizarla cuando era necesario. Nunca me ha gustado el dolor intenso, así que cuando una sesión empezaba a ser demasiado intensa, la palabra segura surgía de mis labios. También empecé a tener clientes asiduales, y ya no solo fue el sueldo lo que ganaba, sino propinas, algunas de ellas considerables, porque aquellos clientes estaban gustosamente satisfechos. Con algunos practicaba sexo, con otros no. Siempre estaba la palabra segura. Y así me pasé la vida hasta los veinticuatro años. Trabajaba en el club, estudiaba intensamente para sacarme mi carrera como abogado, y vivía en un cómodo apartamento. El único lujo que no me permití, fue hacer amigos. No podía hacerlos porque sabía que un día desaparecería de allí, porque cuando fuera abogado, no quería que se averiguara lo que había sido mi vida.

En cuanto a los clientes que me llegaban, eran de todo tipo. Algunos solo querían hablar, algunos solo querían follar, algunos solo querían que fuera su esclavo. Si queréis saber, los juegos siempre fueron consentidos, algunos me ataban, algunos me azotaban. Con las manos, con la paleta o con látigos. La verdad es que muchas veces lo disfrutaba, otras no tanto. Algunos de los clientes, los más habituales, conforme pasaba el tiempo pasaron de ser simples Dom, a ser como “conocidos”, ya que me explicaban sus problemas, sus frustraciones, y aunque no hiciéramos nada en esas sesiones, ellos seguían dándome propina. Con el tiempo, a alguno de ellos les empecé a tener afecto, pero al final siempre acababan marchándose. Creo que tenían miedo, miedo de que la sociedad los rechazara.

Un día, vino un cliente, era un cliente habitual, pero muchas veces había querido infligirme más dolor del necesario, aunque siempre lo había conseguido parar. Por si alguna vez, no pasaba esto, en la habitación de juegos, había cámaras que permitían a un guardaespaldas interrumpir la sesión si se salía de madre. Pero ese día, este tipo tenía otras intenciones. Me ató a la cruz de San Andrés y me puso aceite por todo el cuerpo, empezó a pegarme con la paleta, y luego con el látigo, pero no sé que pasó, que empezó a golpearme con algo más fuerte. En seguida grité, y le dije mi palabra segura, pero siguió y siguió, hasta que oí que la puerta de la habitación que se abría, y mi guardaespaldas lo detenía. Vi a Dwight bajarme de la cruz y en el momento en que me miró, supe la lástima que estaba sintiendo y fue cuando también me di cuenta, que esa sería mi última vez en ese club. Así que cuando me curaron las heridas, fui al dueño y le dije que dejaba el trabajo, que habían sido muchos años, y que ya era hora de que empezara algo nuevo, algo lejos de ese mundo, que me estaba consumiendo y del cual no estaba contento. Él tampoco se veía contento por dejarle pero me dijo que lo entendía y que no me preocupara. Dejé el club y empecé mi nueva vida, con la clara intención de mudarme de ciudad, porque allí era probable que me reconocieran, ya que algunos clientes del club eran gente importante. El dueño del club se mantenía en contacto conmigo, para saber cómo me iba, y cómo habíamos sido mucho tiempo empleado-jefe no me pareció extraño que preguntara ciertas cosas de mi vida.

Así que cuando llegó la hora de mudarme estaba muy ilusionado. Había encontrado una casita en Texas, lejos, donde podría reanudar mi vida sin cualquier implicación.

Una noche, alguien llamó a mi puerta, y al abrir me encontré con el último cliente que tuve, el que Dwight detuvo. Junto a él había dos hombres más, encapuchados. No me dio tiempo a correr. No me dio tiempo a nada. Entre los tres me ataron, y me amordazaron, también me taparon los ojos. Hicieron una sesión completa, incluyendo la paleta, el látigo, el cinturón, la hebilla del cinturón, cigarros. El final de la sesión fue una violación en grupo. En un momento creo que dejé de sentir. Dejé de luchar. Me quedé esperando que todo acabara. Creo que se pensaban que estaba muerto porque me giraron, y hablaban en voz baja. Uno de ellos, quería ver mis ojos para ver si en verdad estaba muerto, así que cometió el error de quitarme la venda. Y allí estaban las caras de los tres, la del cliente, la de otro cliente y la del dueño del club. En cuanto se dieron cuenta, cada uno con su navaja empezaron a apuñalarme y yo me dejé ir a un paraíso oscuro.

Cuando desperté estaba en un hospital, con Dwight a mi lado. Supe que fue él quien me salvó. Hacia unos días que había oído hablar al dueño del club con esos clientes, que me harían una sesión que nunca olvidaría. Y Dwight fue a la policía, pero ya era demasiado tarde. No había llegado a tiempo. Sé que estuve cinco días en coma. A partir de entonces mi puerta estaba vigilada constantemente. Dwight se hizo amigo mío. El dueño del club junto a los clientes fueron arrestados, pero para mi sorpresa, tenían escondido todo un tráfico ilegal de personas, todo bajo el nombre del club. Algunos de los prostitutos que trabajaban allí, en realidad estaban obligados. Empezó todo a enredarse y enredarse. Conexiones con la mafia, con policías, con gente importante. El día que entré en el programa de protección de testigos, fue el día que asesinaron a Dwight. Soy Kyle Carpenter, antes Denny Wheeler, y Sam es mi contacto.

Suspiro cuando acabo de contar todo esto. Nate pega un salto del sofá y empieza a pasearse por todo el salón. El Sr. Campbell suaviza su expresión, y vuelve a esa mirada triste que le caracteriza, y Sam se va al baño, creo que a respirar. En un momento, Nate se queda parado delante de mí, con sus manos me levanta de la silla en que estoy sentado, y me abraza fuertemente seguido por un lo siento, lo siento, que no para nunca. Siento mi hombro mojado, o sea que está llorando. El Sr. Campbell se ha levantado también, y ahora me abraza por detrás. Me siento espachurrado pero me siento bien.

— ¿Qué está pasando? —Grita Sam cuando regresa del cuarto de baño, y los aparta de un manotazo a los dos.
Ahí se acabó el sentirme bien. Estoy horrorizado. No solo me siento atraído por un hombre, ni por dos, sino por tres. ¿Estoy loco? ¿Después de todo lo que he pasado?

Evan, Nate y Sam se miran entre ellos. Si fuéramos lobos, creo que estarían midiendo su terreno y si pudieran mearían sobre mí para marcar su territorio. Quiero sentirme bien pero no puedo. Entonces decido que lo mejor es que se vayan y me dejen tranquilo por unos días. Al Sr. Campbell le hago saber que volveré en unos días a recoger mis cosas, que me pillo vacaciones. A Sam le digo que no se acerque por mi casa, porque de momento no necesito a ningún policía, y a Nate que por favor olvide que alguna vez me conoció como un sum.

Cuando se van, cierro la puerta detrás de ellos, apoyo mi espalda en contra de ella, pero mis rodillas empiezan a ceder. Me he caído en el suelo con la espalda apretada contra la puerta, me abrazo las rodillas tal como estoy, y sé que tengo la mente en blanco, no puedo pensar nada. Ni siquiera me salen las lágrimas. Ahora que mis adicciones lo saben todo, estoy desbordado, y siento una tristeza abrumadora que enreda mi alma, aunque no sé porqué. solo me queda claro una cosa. Estoy solo en mi desesperación.

¡NOS VEMOS PRONTO, MIS LECTORES!

5 comentarios:

  1. Intenso capítulo, gracias Emi, buen inicio de semana :)

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  2. Buenísimo, gracias Emi por compartir; saludos!

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  3. Me ha gustado mucho!!, ahora a esperar el siguiente, muchas gracias.

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  4. Ahhhhhh que capi Emi!!!! pobre Kyle!!!!!. Muchas gracias.

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  5. Hola Emi, muy bueno el capitulo, que pena lo que le paso a Kylee. Un abrazote.

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