Entramos en la primavera y como el viejo refrán dice "la sangre altera" jejejeje... Aquí os traigo el tercer capítulo de estas suculentas adicciones...
Deciros para aquell@s que prefieren wattpad también pueden leer esta novela allí. Este es el enlace:
¡Os deseo muy buen fin de semana!
Todos los derechos reservados. All rights reserved.
SINOPSIS
CAPÍTULO 3. FANTASÍAS
Me doy cuenta que
estoy mal. Llevo tres semanas muy mal, sufriendo. No sufriendo en el
sentido malo de la palabra, sino en el sentido de que estoy perdiendo
mi mente por un tío que ni siquiera conozco. Solo pensar en él me
entran escalofríos, me sudan las manos, e intento no sonrojarme
constantemente aunque no me vea, por no decir que mi cuerpo ha
producido más semen en estos días que en toda mi vida, y es que
desde el otro día, el día de la llamada telefónica, ha sido una
batalla continuada de fantasías sexuales, a cual más exagerada, y
más pornográfica.
Empezó una noche,
en que me desperté sudando y jadeando. No es que fuera
sensacionalmente explícito el sueño en sí, pero es que ese hombre
no sé que le hace a todo mi ser. La siguiente noche, me desperté
igual de sofocado, con la única diferencia, que tenía toda mi
entrepierna húmeda. ¿Correrme por una fantasía? Esa noche, volví
otra vez a los catorce años.
Las fantasías que
se adueñan en mis sueños son adictivas, insaciables, personales,
pornográficas, adictivas, ¿lo he dicho todo anteriormente, no?
Crecen y crecen y no hay manera de pararlas. Son como las jodidas
pilas del conejito. Siempre tengo control, siempre. Desde hace algún
tiempo, no puedo permitirme el lujo de perderlo. No desde que me pasó
aquello. Desde ese pasado que me gustaría olvidar, aunque no pueda.
La primera noche,
sofocado. Segunda noche, sofocado y satisfecho. Tercera noche, más
orgasmos. Cuarta noche, dos orgasmos más. Ya en la quinta noche, me
desperté, me puse un tapón anal, y me corrí desesperadamente. Esta
vez muy, muy consciente. Y eso fue hasta ayer, que dije que ya tenía
bastante, y mi solución, contra toda lógica, ha sido ponerme un
anillo para el pene. Como consecuencia, ahora tengo la polla y los
huevos doloridos y adormecidos, y necesito correrme con urgencia,
pero estoy en el maldito trabajo.
En este momento
decido ir al baño, entro en una de las cabinas, me quito el anillo.
Tengo los huevos tan encogidos, que tengo la sensación que están
adormecidos, pero pero no quiero correrme todavía, quiero pensar en
los ojos verdes tristes. ¿No os había dicho que eran verdes,
verdad? Pues lo son. Verdes como los de un felino a punto de atacar.
Esa visión hace que tome mi polla entre las manos y empiece a
menearla; abajo, arriba, sin prisa. El líquido seminal en la punta
empieza a chorrear pero yo en ese momento aprieto mis huevos, porque
quiero darme mi tiempo y como todavía los tengo adormecidos, mi
entusiasmo palidece un poco, pero el placer que siento es inmenso, y
sigo y sigo hasta que estoy en un punto sin retorno. Con un buen
empuje de mi polla, esparzo todo el semen por la puerta del cubículo
del baño. Vaya guarrada he hecho. Menos mal que no tengo manías.
Con papel higiénico, intento limpiar como mejor puedo, todo lo que
he liado. Soy así de limpio, qué le vamos a hacer. Y en el momento
que salgo, me quedo estupefacto. Allí está, la mirada verde de ojos
tristes viéndome a través del espejo. Me pongo tan colorado que
creo que mi cara va explotar. Ahora me siento como un cordero a punto
de ser degollado por un gran lobo, pero no de los que te quieren
follar, no; sino de los que te quieren partir en pedazos.
Me quedo paralizado
en el sitio porque no sé si ir hacia el lavabo o decirle algo.
Entonces veo que se me queda mirando fijamente y con un semblante
serio. Sus ojos brillan en profundidad, pero no sé porqué. Se gira
hacia mí, me da los buenos días, y sale del baño. Solo a mí me
pasan cosas raras. ¿Se habrá percatado de lo que he estado
haciendo? Espero que no pero al mirarme en el espejo, compruebo
realmente lo ruborizado que estoy. Miro la apariencia que tengo y
todo está bien puesto, nada fuera de sitio. Me acerco hasta donde
había estado él y apoyo mis manos en el lavabo mientras me
contemplo en el espejo. Suspiro lentamente, volviendo a respirar ya
que hasta entonces creo que había permanecido sin respiración
alguna. Y así, sin pensarlo más, me dirijo de nuevo a mi
escritorio, donde me esperan más contratos, y más pensamientos
sobre la mirada de mi querido jefe, el de la mirada triste.
Cuando está
llegando el final de mi jornada, el Sr. Campbell sale de su
escondrijo. Pasa por delante de mi mesa, pero ni siquiera se toma la
molestia de saludarme o de qué decir de mirarme. Mientras se va
alejando, me doy la licencia de mirarle el culo. Tiene un gran culo,
de esos que querrías estrujarlo con las manos, acariciarlo, lamerlo.
Empiezo a tener otra de mis fantasías en la que estamos él y yo
juntos, explorando nuestros cuerpos, y yo me permito hacer y deshacer
con su buen culo, para acabar lamiendo toda su columna vertebral.
Luego cambiamos posiciones y él se dedica a darme un masaje en la
espalda con sus manos tan grandes y hermosas.
— Kyle... Kyle...
¡Kyle!
¿Quién osa
interrumpir mis fantasías? ¡Por Dios, que estaba en medio de algo
importante! Mierda. El Sr. Campbell, que me mira con cara rara. Y
todavía le brillan los ojos. Intento concentrarme en lo que me está
diciendo pero es imposible. Estoy metido demasiado profundo dentro de
mis pensamientos. Me excuso como puedo y me dirijo al baño casi
corriendo. Cuando llego allí, cierro con pestillo la puerta
principal, y vuelvo a la misma posición de antes, apoyándome en el
lavabo, intentando que mi respiración vuelva a la normalidad. Pero
sé que me va a costar un poco, porque otra vez tengo una erección
de caballo. Tal vez si pienso en lo estúpido que he sido, baje.
Tengo razón. Nada más pensarlo, ya va de capacaída. Me miro en el
espejo. ¿Cuántas veces me he mirado ya hoy? Me refresco un poco el
rostro, y planchándome la camisa con las manos, me voy dispuesto a
enfrentarme a lo que me quiera decir mi jefe, porque a ver como le
explico yo que me he escapado de él porque me hace tener
“subidones”.
Cuando llego a mi
mesa, el Sr. Campbell se preocupa de que esté enfermo, y ya en ese
punto, no sé si reír o llorar, así que le digo que me ha sentado
mal la comida y ya. Me mira con cara de no creerme, pero no me
importa mucho. Bueno, sí me importa, pero sigo trabajando y voy a
intentar mantener a raya mi líbido, que aunque me gusta, a veces es demasiado inoportuna.
Entonces cuando el
Sr. Campbell ve que no va a sacar más palabras de mí, me manda
trabajo y más trabajo y más trabajo. ¿No se cansa nunca? Nada más
de oírlo hablar de contratos y contratos, me hace sentir agotado
pero él ni se inmuta, y yo tejiendo más fantasías en mi cabeza.
Suerte que estoy a punto de irme a mi casa, y allí, pensaré todas
las que quiera. Así es como decido que esa noche me voy a masturbar tanto,
hasta que acabe reventado o me salgan callos en la mano, a ver si me sacian y no pienso tanto y
tanto.
O esos ojos verdes me matan, o lo harán esas fantasías. De
momento pienso que las dos cosas son perfectamente válidas.
¡NOS VEMOS PRONTO, MIS LECTORES!
Pobre Kyle, se le va a terminar cayendo jajajaja
ResponderEliminarGracias por el capi Emi, buen fin de semana, besosss
Me gusta lo retraído que es Kyle, pero estoy ansiosa por saber que le sucedió. Ya quiero saber como sigue!! Buen fin de semana, besos.
ResponderEliminarMuy bueno el capitulo, eso si al pobre de Kyle va a terminar en estado comatoso de tanto masturbarse jajajajaja
ResponderEliminarUn abrazote y que tengas una maravillosa semana.
Me encanta el serio Sr. Campbell, con sus miraditas y pobre Kyle, que lo rehidraten, que tanto perder liquido va acabar mal!!.Espero con ansias el siguiente. Un saludo
ResponderEliminarjajajaja que buen capi, No se si compadecerme o no de Kyle!!!
ResponderEliminarbuena semana!!!