¡Hola mis lectores!
¡No! No me he vuelto loca jajajajaja... Dos entradas en una semana... Y es que mientras estoy escribiendo en esto del NanoWrimo, me parecía mal no poner por aquí tal como voy escribiendo la novela, así que os voy a poner el siguiente capítulo pero me tendréis que perdonar los fallos porque está sin editar ni corregir ¡ohhhhhhh!
Por cierto, tal como comenté por el face, se está alargando un montón porque la idea que tenía desde el principio ha ido cambiando con el tiempo. Y todavía falta mucho para saber si al final será una pareja, un trío o un cuarteto... Es que mi mente es así de complicada jejejejeje.
Espero que os guste, y con vuestro permiso me voy a seguir escribiendo ;)
Con cariño
EmiRose
Espero que os guste, y con vuestro permiso me voy a seguir escribiendo ;)
Con cariño
EmiRose
ADVERTENCIA: En
esta novela aparecen escenas sexuales explícitas H/H (o en ingles
M/M). Libro destinado SÓLO para adultos. Puede vulnerar la
sensibilidad de algunos lectores. Así que si estás entre los
mencionados, por favor, no sigas leyendo.
Todos los derechos reservados. All rights reserved.
SINOPSIS
Kyle tiene muchas adicciones, y algunas de ellas son los hombres. ¿Conseguirá tenerlas todas o se atragantará por el camino? Su vida y su pasado podrían impedírselo, pero tal vez tener una vida llena de ellas sea posible, sobretodo si son esas fieles adicciones que pueden curar su alma.
Si te apetece también lo puedes leer en:
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CAPITULO 10. ¿Y
AHORA?
Otro día más sin
ellos. Parece mentira que haya pasado más de una semana. Desde que
tuve mi momento de “inspiración” y los eché de mi vida, no he
vuelto a ver a ninguno de los tres. Y cómo les echo de menos. Nunca
pensé que el echar de menos a alguien, cubriría mi soledad, pero
así es. Atesoro los momentos que pasé junto a ellos, que fueron muy
pocos y solo practicamos sexo, pero cuánto daría por tenerlos aquí
conmigo otra vez. No es que me haya arrepentido de mi decisión,
porque no es así, pero no puedo tapar mi corazón. Creo que va por
su cuenta.
Ahora tengo que
preparar las maletas, porque al asignarme a otro enlace en la
policía, me dijeron que tenía que pasar un protocolo y una de las
principales normas es que cuando hay un cambio así, al testigo lo
envían a otro destino, por la seguridad y todo eso. La verdad es que
no tengo mucho que llevarme. Mis trajes y poco más, ya que todo lo
demás no es ni siquiera mío.
¿A quién se le
ocurre enamorarse de su guardaespaldas? Solo a mí. Y problemón que
tengo con eso. Otra vez a moverse. Y estoy muy harto. Quiero que
llegue el juicio ya, pero por lo que pude averiguar, no estamos ni
cerca de conseguir encontrar a los principales cabecillas de toda la
trama. Y a veces olvido que me llamo Denny Wheeler. Es triste. Mi
nombre o seudónimo sigue siendo Kyle Carpenter y creo que no quieren
cambiarlo. Me parece una incongruencia hacer que me mueva hacia otra
parte pero seguir llamándome de la misma manera. Pero supongo que
son cosas de la policía, que yo francamente no entiendo mucho.
Y estoy así en
plenos pensamientos cuando llaman al timbre. Seguro mi nuevo enlace.
Espero que no sea tan guapo como Sam. Quiero que sea borde, que me
caiga como el culo, para así no encariñarme con él, aunque dudo
que pueda enamorarme dos veces. ¡Ja! Menuda ironía. Enamorado de
tres tíos. ¿Estaré loco?
Abro la puerta y
¡sorpresa! Chica al canto. Más alta que la torre Eiffel y más fea
que picio. No es que me importe ya que a mí las chicas nada de nada,
pero al menos podrían haberme puesto algo más... no sé ni cómo
describirlo, aunque supongo que si hace bien su trabajo, poco
importa.
— Hola, soy Kyle —le
digo tendiéndole la mano para presentarme.
— Primero —me dice
y me empuja hacia adentro— no tendrías que haber abierto la
puerta así y no tendrías que haberte presentado.
— Lo siento —digo
sonrojándome—pero es que la estaba esperando.
— ¿Ah sí? —me
contesta elevando una ceja mientras me observa fijamente — ¿Y
quién te dice que no quiero matarte?
— ¡Vamos! —Grito
con sarcasmo y me echo a reír.
— No tiene ninguna
gracia. Te podrían haber matado. ¿Es que tu anterior enlace no te
enseñó nada? —Me pregunta mientras ahora mira alrededor del
piso.
Ahora es cuando me
enfado y antes de pensar lo que digo, me sale un “vete a la mierda”
que va acompañado de un vulgar portazo cuando la dejo sola en la
salita de estar y me voy a mi habitación. Pero no está contenta y
abre fuertemente la puerta.
— Eres un crío —me
dice—creo que vamos a tener que repasar todas esas reglas que te
has saltado desde que he entrado. Y acaba de hacer las maletas. Nos
vamos dentro de una hora.
Y tal como ha
entrado, sale de la habitación cerrando la puerta suavemente, lo que
me hace pensar que se está riendo de mí.
Necesito una de mis
adicciones: chocolate, cola, Evan, Nate, Sam... Pero no puedo llegar
a ninguna de las cinco. Así que voy refunfuñando y hablando solo
mientras acabo de poner toda la ropa en la maleta desdeñosa que
tengo y que tendría que darle la baja ya.
Cuando tengo la
maleta ya preparada, no me da la gana de salir, así que me siento
encima de la cama y cojo el libro de la mesita de noche. Un libro
sobre el análisis de mercado, y cuál es tal fluida la lectura que
me quedo dormido.
Me despierto al cabo
del rato. Mis pesadillas siguen. Son bastantes frecuentes. Sueño con
látigos que me ahorcan mientras estoy tratando de salvar a Dwight, y
cuando me despierto me doy cuenta de que Dwight ya no está entre los
vivos. Lo mataron por ayudarme. Y el sentimiento de culpa crece a
cada sueño que tengo. Me levanto entorpeciéndome con mis propios
pasos pero al final llego hasta la salita donde ya no hay nadie.
¿Dónde habrá ido mi enlace? La llamo así en mi cabeza porque ni
tan solo se presentó. Oigo pasos en la cocina, así que me dirijo
allí. Hay olor a café.
— Vaya, si el
príncipe se ha despertado —me dice mi enlace con sarcasmo y
seria.
— Tenía sueño. Toda
esta historia de ir de un lado para otro me cansa —le digo
mostrando mi malestar.
— Sí, es verdad. No
sé lo que ha pasado para que te hagan mover, pero un día podrás
establecerte y dejar todo esto atrás —me dijo ahora en plan más
conciliador.
— Ya, ¿y cuándo
será eso? —Me dije más para mí mismo que para ella. — Por
cierto, me gustaría saber tu nombre, no quiero llamarte enlace.
— Me llamo Pat —ahora
sí saca una sonrisa.
— ¿Pat? —le
pregunto preguntándome que diminutivo es.
— Pat a secas. Y no
preguntes. Ahora ten, tu café —me dice acercándome una taza que
huele delicioso.
Y se hace un
silencio más bien molesto. No sé si para ella también lo es. La
verdad es que he tenido poca interacción con chicas y no sé muy
bien cómo comportarme. Supongo que igual que con los chicos, pero no
sé, me da un poco de repelús.
Entonces nos
interrumpe de nuevo el timbre de la puerta. Con la mirada, Pat me
paraliza en mi sitio y me señala con la mano que me quede quieto,
así que es ella quien se dirige a abrir. Seguidamente se oye otro
silencio, más grande si cabe que el primero que se hizo en la
cocina. No sé porqué pero tengo un mal presentimiento. Y antes de
que pueda reaccionar, en la puerta aparecen dos tíos más grandes
que mi armario con los dientes más feos que haya visto en mi vida,
todos negros y rugosos. Empiezo a temblar. Y me paralizo de nuevo.
— Vaya, vaya, mira
que tenemos aquí... Si es mi sum favorito —dice uno de los
matones.
— Uy sí que está
delicioso, pero ya sabes que a mí las pollas no me van —dice el
otro mirándome de arriba a abajo— pero tal vez podría hacer una
excepción.
— ¿Dónde está Pat?
—Me atrevo a decir y eso que estoy cagado de miedo.
— ¿Pat? —dice el
primer tío—Ahhh... te refieres a la tía fea esa.
— ¿Durmiendo? —Dice
el otro mirando hacia atrás.
En ese momento, mi
cerebro es un torbellino y solo sé que quiero salir de allí.
Entonces mis piernas empiezan a andar hacia la puerta de la terraza
que tengo detrás. Saltaré la valla. Y en un suspiro, me giro y
empiezo a correr. He conseguido saltar la valla, pero me topo de
bruces con otro tío, que este es más grande que todo el edificio
entero. Me coge por la pechera, me sacude y en esas que empiezo a
gritar. El tío que me sostiene saca una pistola y con la culata me
da en la cabeza. Ahora solo veo oscuridad.
Me despierto con la
boca seca. Miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy todavía en
mi casa. En mi dormitorio. Y entonces, le veo.
—Cuánto tiempo
Denny...
— No soy Denny. Soy
Kyle. Denny era mi hermano —digo tal como había ensayado con Sam
por si pasaba algo así.
— Vaya, vaya... No te
creo, pero bueno, da igual, me puedes servir como hizo tu hermano
—me contesta el cabrón.
— ¿Servir? —le
contesto haciéndome el tonto
— Sí...
Y se acerca hasta
mí. Me coge la barbilla en un apretón fuerte pero yo desvío la
mirada.
— Eres Denny. Te
reconocería en cualquier parte. Eres mío —me dice todo posesivo.
— ¡No soy Denny! Me
llamo Kyle —digo ya desesperado.
— Ya veremos —dice
Johnson mientras sale de la habitación y oigo como da instrucciones
—lo quiero en mi casa en dos horas, ¿habéis entendido?
Y entonces los dos
matones de antes, entran rápidamente en la habitación y me sacan de
la cama de manera forzada. Uno de ellos me aprieta tanto el brazo que
seguro que me saldrá un morado. Cuando pasamos por el pasillo, me
doy cuenta de que Pat está tumbada en el suelo. No veo sangre pero
tampoco puedo cerciorarme de que está viva. Espero que sí, aunque
no pondría mis dedos en el fuego. En esos momentos, mis pensamientos
van hacia Sam. Ni siquiera se va a enterar de que ha sucedido esto,
ya que yo mismo lo he apartado del caso. ¡Mierda! Y tampoco me va a
echar nadie de menos porque ni siquiera tengo un trabajo al que
presentarme.
Me suben en un coche
con los cristales tintados. Ni siquiera se molestan en atarme porque
están seguros que no voy a intentar escapar, pero ahí se equivocan.
En cuanto pueda, salto del coche. Prefiero matarme antes que Johnson
me tenga en sus manos. Me entran náuseas cuando pienso en la
violación, la sesión que hicieron conmigo y en las apuñaladas que
recibí.
Pero mi sentido del
peligro prevalece ante la idiotez de tirarme de un coche en marcha a
cientos de kilómetros por hora. Pero tengo que hacer un plan en mi
cabeza porque estoy horrorizado al pensar lo que puede llegar a
hacerme ese maníaco.
Ahora veo la luz.
Comisaría a la izquierda. Como me han dejado solo en la parte
trasera del coche, me muevo y le tapo los ojos al conductor, haciendo
que frene en seco y empiece a insultar. El tío de al lado intenta
cogerme las manos pero creo que voy a la velocidad de la luz, cuando
abro la puerta y salto. Me duele mucho la pierna pero me levanto y en
mi mente solo oigo la voz de Sam como si estuviera allí conmigo “no
te pares, no te pares” y corro como el alma que lleva el Diablo. Ni
siquiera miro atrás para ver si me persiguen, solo tengo ojos en la
puerta de la comisaría. Solo piernas hacia allí. No lo sé cómo
llego, pero entro corriendo pidiendo ayuda, y en cuanto un policía
se me acerca, me dejo caer en el suelo.
No estoy en la
oscuridad pero veo una bruma que adormece mi mente. Está todo
borroso pero sé que alguien me ayuda a levantarme. Alguien está
cortándome la ropa y empiezo a revolverme con grandes convulsiones
hacia la persona que está a mi lado. No quiero que me toquen. No
puedo y vomito por todo el suelo. Estoy muy mareado. Y no siento
nada.
¡NOS VEMOS PRONTO, MIS LECTORES!
Hay hay hayyyyyy que buen capi!!!!! quiero mas, quiero mas!!!!!
ResponderEliminarYo también quiero más !!!!! je je je
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