.: Un pequeño anticipo

¡¡Hola mis lectores!!

¿Cómo habéis estado tod@s? Desde estas tierras esperando el veranito, jejejeje, aunque no tengamos mucho tiempo de disfrutarlo, pero bueno, algún día de playita y de piscina, a escaparse, eso estará bien...

Y os traigo noticias, que es lo que todos estáis esperando. Me he mantenido muy calladita, porque he estado escribiendo, escribiendo y leyendo y leyendo. La verdad es que tenía muchísimos libros que leer y durante unos días me he dedicado a eso, porque necesitaba despejarme un poquitín la cabeza.

Y de la nueva novela, solo me queda editarla, así que la publicaré en breve en el blog. En la parte izquiera, tenéis la cuenta atrás, aunque igual me la salto jejejeje (si la edito antes). Pero bueno es la fecha límite que he marcado para dejarla aquí.

También estoy acabando de dar retoques a las otras que tengo empezadas, que son la de "Mis adicciones favoritas" que fue la primera que empecé a escribir, pero es la que tengo más abandonada, ya que con esta que estará disponible de aquí a unos días, requería investigación, así que...

Total, os dejo un fragmento, a ver si os pica el gusanillo jejejeje. Por supuesto, tendré preparado un video, como siempre, para que podáis deleitaros con esos... Jajajaja. Lo dejo a vuestra imaginación... Y para que os piquen los ojos también, algunas fotitos que espero que os gusten

Fragmento de "Solo quiero ser tuyo"

Al final, Lance y Jane se van, y yo vuelvo a entrar en mi oficina. Me siento delante de mis tres ordenadores y los miro fijamente. Los tres tienen la pantalla en negro. No tengo ninguna idea. Estoy bloqueado. Creo que es la primera vez que paso tantos días con un bloqueo en mi mente. Enfadado, frustrado y decepcionado conmigo mismo, voy hacia el aparcamiento. ¿Cuándo se ha hecho de noche? ¿Cuánto rato he estado mirando los ordenadores? Mi mente está colapsando. Llego hasta mi coche y voy a abrirlo. Siento un carraspeo por detrás. Me giro y ohhhhh. ¿Adivinan? Claro, como no. Jane. Y Lance. Suspiro y miro hacia el cielo. Vuelvo a mirar hacia abajo y veo que los dos fruncen el ceño.

— Te vimos salir… —Empieza a decir Jane.

— Jooodeeerrrrrr, ¿es este tu tu co coche che? —Por primera vez oigo la voz de Lance. Encima de sordo, tartamudo. Genial. Simplemente genial. Que conste que lo vuelvo a decir en ironía.

— ¿Te gusta? Es mi bebé —No puedo dejar de decir. Qué le vamos a hacer. Mi coche es mi perdición.

— M-Me gu gus-ta —dice Lance paseándose alrededor del coche y acariciándolo.

Me encanta esa fascinación que siente por mi coche. Miro hacia esa mano que está por encima del capó, de las puertas, del techo… Me imagino esa mano sobre mi cuerpo, ¿se sentirá suave? Seguro que sí. Me fijo. Son tan… gentiles, amables, ¿se puede decir eso de unas manos? Joder, joder y joder. Estoy duro de nuevo. Por un hombre. Por Lance. Quiero irme de allí, pero en vez de eso, me oigo decir.

— ¿Quieres subir?

— No no no no, de ninguna manera. —Jane salta y Lance la mira con cara de enfado.

— Joder Jane… No seas aguafiestas. O, ¿es que quieres subir tú? —Digo en tono irónico, y veo que la chica se ruboriza.

— No quiero que le pase nada, solo eso, Rick. —Ahora se la ve apesadumbrada.

— Voy a conducir con cuidado, ¿de acuerdo? Deja que el chico se divierta, mujer —le contesto.

Al final ella le dice no sé qué con las manos, cosas que no entiendo. ¿Podría aprender ese lenguaje? Ups. Rick para el carro. ¿Para qué quieres aprender ese idioma? No. No y no. Lance se acerca a mí y me da una gran sonrisa. Adivino que su hermana le ha dado permiso. Nos metemos en el coche y espero a que se haya puesto el cinturón de seguridad. No hablo. Él tampoco. Bueno, tampoco es que nos podamos decir mucho, ¿no? Le echo un vistazo de reojo. Es hermoso. Está mirando hacia delante, con una mezcla de sonrisa y anhelo en su rostro. Lo decido. Voy a aumentar la velocidad. Pero creo que es mejor que le advierta. Y, ¿cómo hago eso? Piensa Rick, piensa. Todavía a baja velocidad, le toco el brazo. Me mira y le señalo hasta el panel de control. Con un dedo le indico la velocidad hasta el final. Se le abren los ojos de par en par. Me da una sonrisa increíble. Me salgo de la carretera por donde vamos y me dirijo a otra que está menos concurrida. Diviso y vuelvo a ver que no hay nadie que entorpezca mi velocidad. Y así empiezo a aumentar y aumentar. Ni siquiera le miro. Voy atento a la carretera. Vamos volando. Cuando creo que ya he sido lo suficiente imprudente, aminoro el paso y estaciono al lado de la carretera. Estoy excitado otra vez. Me encanta estar a tope. Miro hacia mi copiloto. No puedo evitar echar un vistazo a su regazo. También tiene una erección. No sé por qué no me mira. La única forma es volviendo a tocarle el brazo y así lo hago. Cuando me mira le veo los ojos vidriosos pero emocionados.

— Ess-toy toy ex ci-ci-ta doo —dice con una respiración irregular.

— Eso pasa —murmuro mirando hacia abajo.

Tranquilamente volvemos hacia el aparcamiento del trabajo. Allí todavía está esperándonos Jane. Antes de bajar, agarro papel y un boli de la guantera, ¿qué pasa? Los frikis siempre vamos con papel y bolis…. Pues eso, agarro papel y un boli y le escribo “lo de la velocidad ilegal mejor no se lo decimos a tu hermana”. Al principio veo como no entiende, pero luego se le ilumina la mente, o eso me parece a mí, y entonces asiente. Antes de bajarse del coche me da una pequeña sonrisa.

— Gra-gra-cias —me dice y se aleja con una sonrisa en su cara.

Y yo con la polla tiesa. Otra vez un trabajo manual. Me van a salir callos. Les veo alejarse, y veo que Jane pone una mano alrededor de los hombros de Lance. Les envidio. Deseo una familia. No tengo a nadie. Mis padres murieron cuando era joven. Y no tengo hermanos ni hermanas. Me crié en un orfanato, pero gracias a la intervención divina… ¿He dicho yo eso? Bueno gracias a no sé qué hay de fuerza natural en este mundo, tuve suerte. Mucha suerte. No me adoptaron porque era demasiado mayor, pero mis profesores, mis tutores, siempre se encargaron de que fuera feliz.

Llego a casa y me doy una ducha. Rápida. Me preparo algo ligero para cenar, algo como una hamburguesa con patatas fritas y una ensalada. ¿Qué? Es ligero. Si no fuera ligero diría, dos hamburguesas, unos nachos, la sartén entera de patatas fritas, y nada de ensalada. Cuando mi cena está lista, pongo la televisión. Mierda. Convención para sordomudos en el hotel Frimon. ¿Es que no puedo estar ni un momento tranquilo? Cierro la televisión abruptamente. Y como. En silencio. Dejando vagar a mis pensamientos. Lance, quítate de mi mente. Ahora no. Quiero pensar en otra cosa. Bien. En coños. Eso voy a pensar. Joder no. Tengo una mente traidora. En vez de coños, se me han puesto pollas en los ojos. Piensa en una tía caliente. Jane. Jane, la diosa. Con ese cuerpo. Ese culo. Esas tetas. Y con su hermano Lance. Tan guapo. Tan hermoso, tan lindo. Mierda, mierda y mierda. Mente traidora. TRAIDORA. TRAIDORA. Mañana no tengo que trabajar. ¿Me bebo la botella de whisky? Mejor no. Sabes lo que sucedió la última vez. Vete a la cama Rick. Cuando ya hablo en tercera persona, es cuando me doy cuenta de que mi mente no funciona bien. Mañana será otro día.